Para ubicar la posición de Aristóteles frente al
concepto de ética, es necesario mirar el tiempo y el espacio en el cual el gran
filósofo presenta su pensamiento sobre la ética. Fue Aristóteles quien introdujo la
denominación de Ética para designar lo concerniente a los principios del bien y
del mal; y, de "Filosofía Práctica", para la disciplina que dicta las
reglas a que debe someterse la conducta humana. Según Aristóteles, la virtud es
el objeto de la Ética, mientras que la moralidad lo es de la Filosofía
Práctica.
Según Aristóteles la
Ética es parte de la Politica y la Politica es el arte que se preocupa del bien más común. La Ética se interesa por el bien del individuo,
más concretamente por el bien del individuo como ciudadano.
Aristóteles vincula la ética y la politica, toda
vez que considera a la ética como el fin supremo al que debe aspirar el hombre
pero no para el beneficio propio sino para el bien social, cobrando fuerza el
término politica, pues hace énfasis en cuanto a que la ética siempre verá por
el bien común y no sólo por el individual. No obstante, Hay un
bien en el que todos estamos de acuerdo:
el bien supremo: LA FELICIDAD.
Para Aristóteles la
Felicidad consiste en el cumplimiento perfecto de la Naturaleza humana. Es un estado en el que esa Naturaleza y sus aspiraciones esenciales logran su realización de conformidad con la verdadera jerarquía de los fines de la Naturaleza.
La felicidad está íntimamente ligada a la actuación
del individuo, pues hacer el bien se caracteriza por ser algo propio y difícil
de erradicar del sujeto, es una decisión personal, pero que está
inexorablemente relacionado con la
felicidad, pues ambos son concebidos comúnmente y de acuerdo a la imagen del
género de vida que cada quien posee. La felicidad está escrita en la historia
de vida de cada persona. El secreto de ser feliz entonces se define a partir de
obrar bien, de hacer el bien y además, de vivir bien.
Podemos ahora preguntarnos: De que se compone la felicidad humana?, sus partes deben de ser integrantes del cumplimiento de la naturaleza, y son:
sabiduría, virtud y placer, pero para la perfecta felicidad se necesitan
también los bienes del cuerpo, del mundo exterior, la suerte, la fortuna, la
abundancia, la salud, la amistad, entre otros.
Aristóteles amplia su pensamiento, al indicar que existen tres tipos de bienes, los cuales son catalogados en: exteriores, en los del alma y en los del cuerpo. En este contexto el fin de la felicidad se encuentra incluido entre los bienes del alma y no entre los exteriores; esto debido a que si se enfocara en los exteriores, entonces la felicidad sólo estaría basada en lo superficial y la forma de actuar del hombre no importaría para que éste fuera feliz. Es por esto que el filósofo concuerda con la creencia que se tiene, de que el hombre feliz es el que además de vivir bien, obra bien.
No obstante es cierto que la alta calidad de vida está íntimamente ligada a la felicidad, por tanto los bienes del mundo exterior antes comentados juegan un papel en el logro de la felicidad, mas no son determinantes.
Podemos ahora preguntarnos: De que se compone la felicidad humana?, sus partes deben de ser integrantes del cumplimiento de la naturaleza, y son:
Aristóteles amplia su pensamiento, al indicar que existen tres tipos de bienes, los cuales son catalogados en: exteriores, en los del alma y en los del cuerpo. En este contexto el fin de la felicidad se encuentra incluido entre los bienes del alma y no entre los exteriores; esto debido a que si se enfocara en los exteriores, entonces la felicidad sólo estaría basada en lo superficial y la forma de actuar del hombre no importaría para que éste fuera feliz. Es por esto que el filósofo concuerda con la creencia que se tiene, de que el hombre feliz es el que además de vivir bien, obra bien.
No obstante es cierto que la alta calidad de vida está íntimamente ligada a la felicidad, por tanto los bienes del mundo exterior antes comentados juegan un papel en el logro de la felicidad, mas no son determinantes.
Este análisis lleva a entender que, la ética de
Aristóteles, es, en primer lugar, una ética de la felicidad...pero también es
una ética de la virtud ya que ésta es el medio por excelencia para alcanzar la
felicidad, que esta última consiste en el ejercicio perfecto de la actividad
propia del hombre. Tal actividad no es otra que la actividad del alma que para
que sea perfecta debe ser acompañada por todas las virtudes.
"No basta que la acción tenga un carácter
determinado para que la conducta sea justa o buena; es preciso también que el
hombre actúe de un modo determinado ante todo, que actúe a sabiendas; en
segundo lugar, que proceda en razón de una decisión consciente y que prefiera
esa acción por sí misma; finalmente, que actúe desde una posición firme e
inquebrantable"
Aristóteles, Ética a Nicómaco
La virtud entonces, se adquiere a través del ejercicio y el hábito, es decir que para que un hombre se haga justo, es menester
que practique la justicia. Aristóteles considera que nadie se hace justo por
"naturaleza" (aunque una predisposición natural sea importante) ni
tampoco resulta suficiente la enseñanza.
Hacia el final de la Ética a Nicómaco, Aristóteles
afirmará que la actividad más propia del hombre y la que mayor felicidad le
proporciona es la contemplación teórica:
es decir, la sabiduría. Así es como el empirismo ético lo lleva a una posición
ecléctica: la felicidad consiste en equilibrar virtud, contemplación y bienes
exteriores.
La ética es la parte de la filosofía que atiende el
valor de la conducta humana; por lo cual se entiende, no el hacer y sí el
obrar. Con esto Aristóteles quiere decir, que la conducta humana se basa en
aquello que el ser humano hace pero que también deja de hacer.
Toda actuación moral para poder elevarse así
debe ser una actuación querida y, por tanto, una actuación de la voluntad, porque la voluntad es el principio de toda actuación.
La acción ética es una acción de libre albedrio en tanto que el principio de obrar esta en nosotros mismos, la libertad para elegir por el testimonio de nuestra propia conciencia, o por el premio o castigo de nuestro obrar. La sabiduría y la voluntad son los dos elementos fundamentales del obrar humano.
Finalmente el extraordinario filósofo nos
muestra que la ética puede ser el tren para alcanzar la
felicidad. Teniendo claro que la felicidad no es continua, es una estructura
que se construye y cultiva en la escuela de la vida: en el trabajo, con las
amistades, con el fortalecimiento de nuestros dones y virtudes, que se
desarrolla cada día mediante la forma en que actuemos y estemos decididos a tomar
el control de nuestro destino, solo así es
como podremos ser felices.
La acción ética es una acción de libre albedrio en tanto que el principio de obrar esta en nosotros mismos, la libertad para elegir por el testimonio de nuestra propia conciencia, o por el premio o castigo de nuestro obrar. La sabiduría y la voluntad son los dos elementos fundamentales del obrar humano.
Las afirmaciones anteriores no significan que no
encontraremos dificultades en la ruta que transita el tren de nuestras vidas,
el secreto está en ampliar el espacio y el tiempo de los momentos felices y que
cada intento sea la búsqueda de alcanzar metas, que no lograrlo es simplemente
la motivación para un nuevo intento, pues quien no ha afrontado la adversidad
no conoce su propia fuerza, pues no es perdedor frente a la vida el que pierde,
sino el que se rinde. No debemos olvidar que no siempre elegimos la música que
nos toca la vida, pero si podemos elegir como bailarla. El desarrollo y cultivo
de las virtudes éticas, no nos garantizan una travesía fácil por la vida, pero
si un aterrizaje seguro, este es el secreto de hacer mucho más satisfactoria la
experiencia de vivir.
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